La obra está considerada
como una de las grandes novelas de ese país con cuatro
grandes novelas que es China: Sueño en el pabellón
rojo, Viaje al Oeste, Shuihu zhuan (Relatos
del hampa) y Sanguo yanyi (Novela de los tres reinos).
Pero la importancia de Los mandarines dista mucho de ser
universal, como sucedía con la de los otros dos libros
premiados con el Nacional.
La obra en cuestión
consiste en una serie de anécdotas de diversa índole cuyos protagonistas
son, invariablemente, los letrados de la dinastía Qing. No existe una
trama que unifique la obra: la unidad está en el tema, que son los
letrados, con sus miserias, sus grandezas, sus rarezas, sus diversiones y
sus manías.
Tibor «Familia rosa».
China, dinastía Qing, primera mitad del siglo XVIII.
Porcelana. Altura: 88 cm; diámetro: 43 cm. Palacio
de La Granja de San Ildefonso, Segovia, Patrimonio Nacional
[10027298].
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Tibor «Familia verde». China, dinastía Qing, primera mitad del siglo XVIII. Porcelana. Altura: 90 cm; diámetro: 27,5 cm. Palacio de La Granja de San Ildefonso, Segovia, Patrimonio Nacional [10026324]. |
Las dificultades de traducción
del libro son esencialmente distintas de las que presentan el
Cancionero chino y el Libro del Tao, pues se derivan
del género novelístico. Pero, a pesar de dichas
dificultades, la prosa de L. Ramírez es capaz de (re)producir
maravillosamente cambios de registro, plantear metáforas,
lanzar insinuaciones, gastar bromas, ser irónica y crear
una sensación tanto de naturalidad como de extrañeza
en el lector que se deriva del estilo elegido, un estilo que parece
buscar un tono literario a veces antiguo y en desuso (en los tratamientos
con vos, por ejemplo), sin renunciar por ello a emplear,
en general, los términos y las estructuras sintácticas
del castellano moderno. La traducción lanza implícitamente
al lector el mensaje de que está leyendo literatura antigua,
pero sin que por ello toda la traducción imite la
prosa, digamos, del Buscón. El traductor consigue
un equilibrio, un punto medio, gracias a ese lenguaje suyo que
no es ni plenamente antiguo ni totalmente moderno, sino una mezcla
de ambos, una fabricación ad hoc. La obra, por lo demás,
está salpicada de un sentido del humor brillantemente mantenido
en la traducción.
Fue la primera gran novela china traducida íntegramente al español.
Notas:
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